Esta es la conclusión de un nuevo estudio de seis países publicado en Scientific Reports, cuya base fue puesta en parte por un químico estadounidense que trabaja actualmente en la Universidad de Montreal (Canadá).
"Dado que el diésel es mucho más limpio que antes, los reguladores ambientales deben cambiar cada vez más su enfoque a los coches más sucios de gasolina y otras fuentes de contaminación del aire", asegura el científico de la Universidad de Montreal Patrick Hayes.
Contaminación invisible
"El diesel tiene una mala reputación porque se puede ver la contaminación, pero en realidad la peor es la contaminación invisible que viene de los coches de gasolina", dijo Hayes.El estudio, dirigido por investigadores de Suiza y Noruega con la ayuda de Hayes y colegas en Italia, Francia y Estados Unidos, examinó la materia de partículas carbonosas (PM) emitidas por los tubos de escape de los automóviles.
La PM carbonosa está compuesta de carbono negro, aerosol orgánico primario (POA) y, especialmente, aerosol orgánico secundario (SOA), que se sabe que contiene especies reactivas nocivas de oxígeno y puede dañar el tejido pulmonar.
Filtros FAP
En los últimos años se ha requerido que los nuevos coches diésel en Europa y América del Norte estén equipados con filtros de partículas de diésel (DPF o FAP), que reducen significativamente la contaminación que emiten.En el laboratorio (en el Instituto Paul Scherrer, cerca de Zúrich en Suiza), "los automóviles de gasolina emitieron un promedio de 10 veces más carbono PM a 22°C y 62 veces más a -7°C en comparación con los coches diésel", señalaron los investigadores en su estudio.
"El aumento de las emisiones a temperaturas más bajas está relacionado con un efecto más pronunciado de arranque en frío", cuando un motor de gasolina es menos eficiente porque aún no se ha advertido y su convertidor catalítico aún no está encendido.
Estos resultados desafían, a juicio de Hayes, el paradigma existente de que los coches diésel se asocian, en general, con tasas de emisión de PM mucho más altas.
Dicho esto, es cierto que los coches diésel más viejos contaminan más que los automóviles de gasolina, porque no tienen DPF, y los coches diésel en general emiten mucho más óxidos de nitrógeno, que causan smog (humo en suspensión) y lluvia ácida, según el estudio.