Allí, los participantes pudieron disfrutar con intensidad del precioso y misterioso destino que siempre supone esta región de Rumanía.
Con un completo y cuidadoso programa, los asistentes pudieron saborear la cultura y la riquísima gastronomía de este enigmático y rico país, en un viaje cuidado al detalle, con un enfoque familiar y cercano, muy lejos de los enlatados viajes organizados.
Alojados en los maravillosos hoteles KRONWELL, en Brasov, y RADISSON BLU, en Bucarest, los invitados disfrutaron del día y la noche de estas dos ciudades que guardan una hipnotizadora armonía entre el encanto tradicional y la ciudad moderna.
Entre otras actividades, los participantes disfrutaron de visitas guiadas por el maravilloso Castillo de Peles, o el increíble Palacio de Cantacuzino. Cabe destacar muy especialmente la noche temática en el castillo de Bran, donde los asistentes fueron recibidos por el mismísimo Conde Drácula.