Según ha señalado Jesús Monclús, director de seguridad vial de MAPFRE, “un niño viajando hacia atrás, prácticamente está protegido al 100% de un accidente”, quien también ha afirmado que los sistemas de retención infantil "son elementos que salan vidas y en los que no hay que intentar ahorrar".
Al hilo de esto ha señalado que “los más pequeños deberían viajar mirando hacia atrás no sólo hasta que cumplen 1 ó 2 años, sino hasta los 3 o incluso los 4 años”. De este modo, ha apuntado que su reto es conseguir que los niños mayores de 2 años también circulen de manera contraria a la marcha y ha reiterado la importancia de que los niños de hasta 25 kg viajen hacia atrás.
Enseyos en coches
Para llegar a estas conclusiones, la Fundación MAPFRE ha realizado diferentes ensayos en choques para demostrar las consecuencias de que los niños viajen sin sistemas de retención infantil o con dispositivos no homologados o no adecuados a su tamaño y peso.
Para cada ensayo ha estudiado diferentes parámetros como la aceleración del tórax y los desplazamientos horizontal y vertical de la cabeza de un muñeco y ha registrado señales en los sensores de los maniquíes para evaluar el riesgo de lesión que podría producirse en caso de accidente.
Así, las pruebas de impacto demuestran que viajar con holguras en el cinturón de seguridad o el arnés provoca daños a los niños en cabeza y tórax, de igual forma que ocurre al utilizar sistemas de retención no adecuados. Por ejemplo, señalan que si un bebé de 6 meses viaja en el regazo de un adulto, en caso de accidente sería despedido hacia delante y se vería aplastado por la persona que lo llevaba encima. En cuanto a un niño de 6 años que viaje sentado en el asiento trasero sin cojín elevador, su cinturón de seguridad se desplazaría y provocándole graves lesiones en el cuello y el cuerpo deslizándose hacia abajo con consecuencias fatales.
Objetivo: 0 víctimas en 2050
Monclús ha recordado que la campaña 'Objetivo Cero', puesta en marcha por su Fundación, pretende alcanzar cero víctimas dentro de las ciudades antes de 2030 y en las carreteras antes de 2050, "partiendo de la base de que prácticamente todas las lesiones graves o mortales son evitables".
Por otra parte, el director de seguridad vial ha hecho referencia a los últimos datos de siniestralidad vial, 25 víctimas mortales menores de 14 años en 2015, "un dato mejor que el de otros años, pero inaceptable", y ha recordado la importancia de "mejorar el conocimiento de los padres y madres sobre la necesidad de que los niños mayores sigan utilizando sillitas infantiles o asientos elevadores, no solo hasta que midan más de 1.35 centímetros, como indica la legislación actual, sino "incluso después de ese momento y hasta que el cinturón de seguridad de adulto quede ajustado con seguridad sobre el cuerpo del menor".