La furgoneta fue lanzada en Francia en 1951, como un vehículo pensado para motorizar a los campesinos franceses y lograr que pasaran del carro o la mula al automóvil. Tenía que ser capaz de transportar un cesto de huevos por un campo sembrado sin que se rompiera ninguno, además de 50Kg de mercancías. Además, debía ser fácil de conducir por alguien sin experiencia al volante, tener bajos costes de mantenimiento y consumir, como máximo, 3l/100Km. Por supuesto, pese a su vocación agrícola, debía equipar la joya de la corona de la marca: la tracción delantera. Y todas estos requisitos fueron reunidos en el Citroën 2CV.
El éxito de este modelo superó ampliamente las expectativas. Tras los primeros meses en el mercado, el plazo de espera llegó a tres años. Y es que el público supo ver inmediatamente que el 2CV era el coche idóneo para necesidades muy distintas. Se desenvolvía muy bien en ciudad, circulaba con soltura por caminos sin asfaltar, era espacioso para su tamaño y resultaba mucho más económico de utilizar y mantener que otros modelos en el mismo nivel de precios.
Citroën 2CV llegó a España con la apertura de Citroën Hispania
El Citroën 2 CV Furgoneta tuvo un papel fundamental en el desarrollo de la industria de automoción en España. En 1958, abría sus puertas, en la Zona Franca de Vigo, la fábrica de Citroën Hispania. La marca, presente con vehículos importados desde 1924, apostaba por producir en España por la situación geográfica de la ciudad gallega y la posibilidad de conquistar un mercado emergente sin tener que pagar aranceles. El primer modelo que salió de las líneas de montaje fue, precisamente, el 2 CV, en su versión furgoneta. Pronto seguirían su estela los 2 CV turismo.
Las características de este modelo lo hicieron muy habitual en las carreteras de España. Durante décadas, pintado en gris, fue el vehículo más habitual de organismos tan esenciales como Correos y Telégrafos o la Compañía Telefónica Nacional de España, además de ser una herramienta de confianza para profesionales y empresas de todo tipo. Se anticipó a las necesidades del mercado abriendo un segmento totalmente nuevo.
Con el paso del tiempo, la gama del Citroën 2 CV Furgoneta se fue diversificando. Del modelo AU inicial se pasó al longevo AZU, con capacidades de carga que podían llegar a los 575 Kg. Nuevos motores y modificaciones técnicas auspician el lanzamiento de las versiones AK y AKS, con las que se superan los 600 Kg. En 1977, el 2 CV Furgoneta dejó de producirse. Le sustituyó un derivado del Citroën Dyane, el Acadiane, conocido en España como Dyane 400, que se produjo en Vigo hasta 1987. Este modelo, que compartía tecnología y motores con su antecesor, prolongó, en cierto modo, la leyenda del 2 CV Furgoneta hasta que le sucedió un modelo no menos mítico, el Citroën C-15. Pero esa es otra historia.
Con el paso del tiempo, la gama del Citroën 2 CV Furgoneta se fue diversificando. Del modelo AU inicial se pasó al longevo AZU, con capacidades de carga que podían llegar a los 575 Kg. Nuevos motores y modificaciones técnicas auspician el lanzamiento de las versiones AK y AKS, con las que se superan los 600 Kg. En 1977, el 2 CV Furgoneta dejó de producirse. Le sustituyó un derivado del Citroën Dyane, el Acadiane, conocido en España como Dyane 400, que se produjo en Vigo hasta 1987. Este modelo, que compartía tecnología y motores con su antecesor, prolongó, en cierto modo, la leyenda del 2 CV Furgoneta hasta que le sucedió un modelo no menos mítico, el Citroën C-15. Pero esa es otra historia.